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Instituto Nacional Yrigoyeneano

Unas marchas y músicas de la Revolución del '90

La Revolución del Parque no debió ser ajena a composiciones musicales que la recordaran, incluso llegó a tener quien las coleccionara

No pocos episodios de nuestra historia han tenido una música que los haya recordado. Algunos fueron episodios bélicos menores, como el que inspiró la famosa marcha El Tala compuesta por el músico italiano José Giribone, recordando la acción que se desarrolló junto al Río de ese nombre el 8 de noviembre de 1854 y cuyos acordes acompañaron las campañas de Cepeda, Pavón y la Guerra del Paraguay. Justamente en esta última murió el autor en la batalla de Tuyú-Cué en febrero de 1868, dejando una extensa familia que se convirtió en grandes terratenientes de la provincia de Buenos Aires.

Otro episodio bélico, ya de magnitud, fue la batalla de Ituzaingó el 20 de febrero de 1827, en que las tropas imperiales fueron derrotadas por el ejército al mando del general Carlos de Alvear. Sostiene una antigua tradición que don Pedro I, el emperador de Brasil, muy aficionado a la música y compositor, le habría entregado una partitura al comandante de su ejército, el marqués de Barbacena, para que se ejecutara en la primera victoria sobre las fuerzas argentinas y orientales. Abandonado el campo de batalla, un cofre contenía la partitura de la composición musical, que el 25 de mayo de ese año se estrenó en Buenos Aires y se utiliza para rendir honores al Presidente de la República y a la bandera de guerra en las formaciones militares.

La Revolución del Parque no debió ser ajena a composiciones musicales, incluso llegó a tener quien las coleccionara según leemos en la Revista “El Coleccionista Argentino”, una revista mensual dedicada a las “Bellas Artes – Bibliografía – Historia – Numismática – Filatelia -- Prensa Periódica”. Se trata de un mensuario que alcanzó los ocho números: octubre, noviembre y diciembre de 1892 y enero, marzo, abril, junio y setiembre de 1893, que salía de la Imprenta Mariano Moreno, con redacción y administración en la calle Esmeralda 673. Era su Director Propietario: Juan Soutomayor y Redactor, Miguel F. Silva.

Soutomayor era de origen portugués y se había instalado en Buenos Aires en 1888, en el domicilio expresado con un local llamado Librería Portuguesa, con anexo de filatelia. Hombre de vasta cultura, impulsor del Coleccionista Argentino, contó con colaboradores de la talla de Enrique Peña y Alejandro Rosa, además de haber tratado a Manuel Ricardo Trelles a quien dedica una extensa y sentida necrológica. Hoy podemos agregar que había nacido en 1855 y era soltero, según el Censo del año 1895, en el que consta que vivía en la ciudad de Buenos Aires, aunque fue asentado como “Sotomayor”. Nos permitimos dar a conocer también una primera noticia sobre quién era Miguel F. Silva, nacido en 1857. En el Censo de 1895 figura como periodista, casado con Tomasa Elvira Saavedra en 1880 y padre de tres hijos: Miguel Ángel, Elvira Argentina y Emilia Zelmira, de 14, 12 y 6 años respectivamente. Con ellos vivía Teresa Martínez de 21 años, española, sirvienta, con domicilio en la calle Independencia 47, según se desprende de las actas de bautismo de sus hijos en la vecina parroquia de la Concepción.

En el primer número de la revista del 12 de octubre de 1892, justamente dedicado en buena parte a celebrar el IV Centenario de la llegada de Colón a América, se insertaba al final una sección titulada “Preguntas y Respuestas”. En ella, la segunda consulta dice lo siguiente: “Después de la revolución de julio de 1890, publicáronse numerosas piezas de música relativas a ese acontecimiento: tengo reunidas algunas y desearía completar esta interesante colección, por eso ruego a los amables lectores de este periódico, se sirvan indicarme aquellas que no vienen descritas en la lista siguiente”

1. “A los héroes de la revolución” (julio de 1890). La unión es la fuerza: / unidos vivamos; / probemos al mundo / que somos hermanos; / y si hay quien pretenda / alzarse tirano, / juremos pro-patria / morir o vengarnos. “General Campos, marcha para piano por Gran-Pio Bocelli; editor A. Demarchi, Buenos Aires, 10 pág. tapa ilustrada, retrato del general Campos”.

2. “La escuadra revolucionaria”; schottisch para piano, por Jorgelina Resch; editor Rodríguez, Piedad 974; 2ª edición, tapa ilustrada representando los buques bombardeando Buenos Aires, 2 pág.”

3. “La Unión Cívica, regeneradora del pueblo argentino”; gran vals por A. Paolantonio, Lit. A. Demarchi, editor, Buenos Aires, 9 pág. tapa ilustrada”.

4. “Ya se apagó el farol”; polka compuesta por E.P.; A. Demarchi, editor, Buenos Airees, 3 pág. tapa ilustrada con un farol”.

5. “Unión Cívica”; gran marcha triunfal para orquesta y banda, por A. do Grandi, ejecutada con gran suceso por la orquesta del Teatro San Martín: editor, A. Demarchi; Buenos Aires, tapa ilustrada, 7 pág.”.

6. “Ya se fue” polka para piano por Manuel Avendaño a su amigo Rafael Bonnani; tapa ilustrada, 2 pág.”.

El coleccionista de estas obras era el director de la revista don José Soutomayor, lo que nos hace pensar que además de aficionado a esta música, había compartido la ideología que inspiraba estas músicas. No hace falta decir que “Y se apagó el farol” y “Ya se fue” son los burlescos títulos inspirados en el presidente Juárez Celman y en aquellos versos que decían “ya se fue, ya se fue / el burrito cordobés”.

Esta particular circunstancia no nos ha permitido seguir investigando el tema, hemos encontrado solamente entre los músicos a Alfonso Paolantonio que con sus hermanos Antonio y Félix, de origen italiano formaron una de las bandas civiles más conocidas en Buenos Aires, llamada Banda Sannitica o con el apellido de sus fundadores, dice un cronista: “sus cien músicos tocaban vestidos de bersaglieri, suscitando sentimiento patriótico entre los italianos, curiosidad y asombro entre argentinos y extranjeros”. En 1910 se organizaron los empresarios que tenían la concesión del Teatro Colón recientemente inaugurado y en los bailes de Carnaval, nuestro músico, que era director de la Banda Municipal de Música, dirigió una orquesta de 50 profesores, que ejecutó algunos tangos, que no muchos concurrentes bailaron. Paolantonio había nacido en Agnone (Campobasso) Italia en 1861 y falleció en Buenos Aires el 6 de setiembre de 1939, una fecha histórica en el radicalismo, cuya ideología debió compartir dado el título del vals que escribió con motivo de la Revolución del Parque.

Seguramente mi discípulo el mayor Diego Cejas, que tanto ha estudiado estos temas encuentre acá un motivo de nuevas investigaciones en la historia de la música, mientras queda también la ilusión de encontrar alguna vez estas partituras y ejecutarlas en el Instituto Nacional Yrigoyeneano, ya que su titular Diego A. Barovero es por otra parte un cultor de estas cosas que hacen a nuestra historia y tradición.

Roberto L. Elissalde

Historiador. Académico de número y vicepresidente de la Academia Argentina de Artes y Ciencias de la Comunicación.